Cómo evitar que un niño escupa los medicamentos

La mayoría de los niños se resistirán mucho menos si haces que tomar el medicamento parezca normal. Es difícil cambiarles de parecer si tienen la idea de que es espeluznante. Afortunadamente, existen muchos trucos en el libro de paternidad.

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Motivar al niño

1. 

   Permanece positivo. El niño pensará que es malo si haces que suene así. Di «Toma este medicamento» para una primera dosis de un nuevo medicamento. Si lo rechaza, llámalo «supergotas» o «pastillas para ser fuerte».

   • Dile que su personaje favorito de una película o un libro tomó el medicamento para volverse fuerte, inteligente o rápido.

2. 

   Explica para qué sirve el medicamento. Explica por qué es bueno. Busca los detalles y trata de explicárselos. Las imágenes podrían hacer que se interese.

   • Esto funciona mejor para los niños mayores, pero también puede funcionar con los niños más pequeños que son lógicos.

3. 

   Finge que te gusta. Demuéstrale qué hacer al llevarte el medicamento a los labios y fingir tomarlo. Di «¡Rico!» y sonríe. Esto no es tan efectivo, pero es un primer paso fácil para los niños más pequeños lo tomen.

   • De igual forma, puedes fingir darle el medicamento a un peluche.
   • Toma un vaso de «medicamento» que en realidad sea un jugo de fruta para te vea un niño mayor.

4. 

   Ofrece un premio. Escoge algo que el niño quiera, lo cual será un gran incentivo. Prueba utilizar un dulce o una calcomanía en un gráfico de premios que conduzca a un premio mayor. Los elogios verbales pueden ser suficientes para algunos niños.

   • Los niños mayores pueden comenzar a esperar siempre un premio o pueden exigir recibir más.
   • Puedes ofrecer abrazos y besos, pero no lo hagas de antemano como un premio. Si el niño no coopera y te rehúsas a abrazarlo, esto puede conducir a malos sentimientos y a un comportamiento más testarudo.

5. 

   Utiliza el castigo muy raramente. Con frecuencia, esto conduce a conflictos de poder, lo que hace que el niño sea más testarudo. Utilízalo solo después de un mal comportamiento extremo o cuando el medicamento sea muy importante para su salud. Deja que sepa que si no lo toma, le quitarás una actividad o un evento favorito.

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Hacer que el medicamento sepa mejor

1. 

   Combina el medicamento con un jugo de fruta o un batido frío. En cuanto más frío y dulce esté la bebida, más esconderá los sabores feos. Puedes combinar los medicamentos líquidos directamente en la bebida. Las pastillas se deben tomar primero y luego se debe pasar la bebida.

   • Primero, revisa la etiqueta del medicamento para ver las sustancias que están contraindicadas. Estas hacen que el medicamento sea menos efectivo. El jugo de toronja afecta a muchos medicamentos, mientras que la leche afecta a algunos antibióticos.

2. 

   Esconde el medicamento en la comida. Aplasta la pastilla y combínala con unos plátanos o manzanas en puré. ¡El niño no podrá quejarse si no sabe lo que hay en lo que come! Si se da cuenta, admítelo y dile que solo querías hacer que supiera bien.

   • Revisa la etiqueta del medicamento para asegurarte de que se pueda comer con la comida.

3. 

   Agrega unas gotas saborizantes para medicamentos a las dosis líquidas. Estas gotas incrementan la dulzura y eliminan los sabores amargos. Deja que tu hijo escoja el sabor.

4. 

   Tápale la nariz al niño. Esto puede hacer que los medicamentos líquidos de mal sabor sean más agradables.

5. 

   Prueba un nuevo sabor de medicamento. Si es barato y se consigue sin receta médica, compra otro de la sección infantil. Normalmente, hay muchos con sabores a frutas disponibles.

   • A algunos niños les gustan las versiones para adultos, sin azúcar. Asegúrate de utilizar una dosis para niños.
   • Pregúntale al farmacéutico si tiene la prescripción en una presentación con sabor.

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Darle el medicamento a un niño resistente

1. 

   Utiliza este método como último recurso. Puedes tener que intentar esto cuando un niño es muy pequeño como para entender por qué necesita tomar el medicamento. Utilízalo solo después de probar todo y solo para un medicamento importante, como los antibióticos.

2. 

   Explica lo que harás. Dile al niño que le sujetarás para que se quede quieto y le darás el medicamento. Explica por qué es importante que lo hagas. Dale una última oportunidad para obedecer.

3. 

   Haz que alguien sostenga al niño para que se quede quieto. Haz que un familiar sujete suavemente los brazos del niño.

4. 

   Dale lentamente el medicamento. Tapa la nariz del niño para abrir su boca si es necesario. Hazlo lentamente de modo que el niño no se asfixie.

   • Utiliza una jeringa plástica para niños pequeños. Dirígela hacia la mejilla para evitar que se asfixie.

¿Por Qué el Niño Moja la Cama?

Es normal que los niños mojen alguna vez la cama hasta los cinco o seis años, incluso llegando en algunos casos hasta los ocho años. Es un hecho frustrante para el niño, pero no es inusual en esas edades, y esa es una de las ideas que hay que hacerle saber al niño. A este problema se le denomina clínicamente como enuresis nocturna o incontinencia nocturna.

El niño no moja la cama porque le dé pereza ir al baño por la noche o lo haga a propósito. Aunque tiende a ser un problema hereditario, existen otras razones que contribuyen a que suceda, como:

• Retraso en el desarrollo de la vejiga
• Tamaño pequeño de la vejiga
• Alternación del sueño
• Sufrir ansiedad
• Estreñimiento
• Las emociones extremas
• Infección de orina
• Producción excesiva de orina

Otras razones que pueden contribuir a que el niño moje la cama, pueden ser aquellas que le provoquen situaciones de estrés, como la llegada de un nuevo miembro a la familia, mudarse a otra casa, el divorcio de los padres o el fallecimiento de un familiar, por ejemplo.

Te enseñamos cómo dar medicinas a tus hijos, paso a paso

Los papás sabemos de la dificultad que tienen nuestros hijos para tomar algunos medicamentos, ya que no suelen tener buen gusto al paladar. Por ello, deberíamos preguntar al pediatra no sólo sobre la posología y duración del tratamiento, sino también sobre el sabor y forma de administración. Tener en cuenta estos últimos aspectos puede ayudarnos a que dar un medicamento a nuestro hijo no sea «misión imposible».

Advertencias

• Siempre explícale que nunca debe tomarlo a menos que se lo des o lo haga algún otro adulto en quien confíe.
• No llames dulce al medicamento. Nunca se quiere que el niño lo confunda con un dulce. Esto podría ser peligroso si lo ve en otra situación y piensa que es un dulce.
• Nunca alimentes a un niño pequeño que está recostado para evitar que se asfixie.
• ¡Asegúrate de darle la dosis apropiada al niño! Lee las advertencias médicas con detenimiento. Pregúntale al doctor cuál es la dosis segura si tienes dudas.
• No te frustres y le grites para que tome el medicamento. De lo contrario, pensará que es un castigo.

Qué hacer si el niño no quiere tomar la medicina

Los medicamentos pediátricos, para las dolencias más habituales de los niños, suelen cuidar el buen sabor como un factor relevante, pero aún así el regusto final puede provocar que nuestro hijo lo rechace firmemente, lo escupa o lo evite mediante un brusco movimiento que proporciona un decorativo estampado de su ropa. Incluso es posible que el niño tenga arcadas o llegue a vomitar.

Enfrentarnos a la administración de medicamentos, especialmente con algunos bebés, puede convertirse en toda una hazaña. Después de que con su hábil y rápida lengua rechace el medicamento o que sus aspavientos o llantos nos lo pongan realmente difícil, puede que acabemos no sabiendo cuánta dosis de medicamento ha llegado finalmente a su estómago.

Es inútil intentar convencer a un bebé menor de dos años sobre la conveniencia de tragar el medicamento para curar su enfermedad, así que lo mejor es que consultemos sobre las alternativas del componente activo del medicamento, eligiendo preferiblemente, aquellos medicamentos que tengan mejor sabor y necesiten de menos dosificación, los que sean fáciles de tragar o aún mejor, que sean administrados por otras vías diferentes a la boca, como los supositorios.

Podemos emplear algunos truquillos cuando tu hijo detesta tomar el medicamento como el camuflaje o disolución del medicamento en líquidos o alimentos dulces o habituales para el niño: yogur, puré de frutas, zumos, leche fría, miel, etc. El medicamento no debe ser administrado tumbado por el riesgo de atragantamiento, si acaso algo reclinado y por algún lateral de la boca mediante una cucharilla plana o pipeta.

Muchos medicamentos tienen un gusto amargo muy desagradable que pueden provocar al niño vómitos. Si este es el caso, no deberías administrar nuevamente el medicamento sin antes consultar con su pediatra y, si estás seguro de que lo ha expulsado por completo, volver a intentarlo cuarto de hora más tarde.

Es más fácil que el niño experimente arcadas cuando está recién comido, así que es mejor evitar que tenga la barriguita llena, aunque como sabéis tampoco es aconsejable que tengan el estómago vacío. Sólo debemos dar un medicamento a nuestro pequeño cuando ha sido prescrito por su pediatra, respetando la dosis, el horario y los días de tratamiento. Una vez que consigas que el niño tome su medicación, deberíamos felicitarle y darle un beso, convenciéndole de que gracias a él podrá ponerse bueno.

Patro Gabaldón. Redactora

¡Sin Miedo a Mojar la Cama!

Como ves, por lo general se trata de un problema pasajero. Aunque sí que es cierto, que aunque lo sea, puede causarle malestar al niño, sobre todo porque habrá ciertas actividades a las que no querrá asistir por miedo a que se le escape el pis, como por ejemplo quedarse a dormir en casa de un amigo.

Con un poco de paciencia y los consejos y remedios que te hemos ofrecido, seguro que podéis acelerar esa etapa y así que el niño pueda dormir tranquilo sin temor a mojar la cama.

¿Conoces más remedios o consejos para conseguirlo? ¡Cuéntanoslos!