Cómo ayudar a un hermano alcohólico

La adicción al alcohol es uno de los problemas más abundantes y a su vez normalizados en nuestra sociedad. El consumo de esta sustancia forma parte de nuestra cultura y es complicado detectar cuándo una persona tiene alcoholismo o simplemente bebe en reuniones sociales – aunque pueden darse los dos casos de manera simultánea- este problema debe tratarse de manera inmediata y utilizar las terapias más eficaces para lograr evitar recaídas.

En este artículo de Psicología-Online, nos pondremos en un rol externo y ofreceremos consejos para saber cómo ayudar a un amigo alcohólico, teniendo en cuenta los múltiples factores que pueden intervenir en este fenómeno.

Consejos

• Si tu amigo se niega rotundamente a admitir que tiene un problema, no hay nada que puedas hacer. No lo tomes personalmente o te sientas responsable por sus problemas.
• Si esta persona es parte de tu vida, es inevitable que sus problemas con la bebida te afecten. Intenta ir a una reunión de Alcohólicos Anónimos o leer algún libro sobre el alcoholismo. Tendrán varios consejos para que puedas salir adelante.

Rememorando conceptos: ¿qué es el alcoholismo?

Se considera alcoholismo la adicción al alcohol, es decir, la adquisición de dependencia tanto física como psicológica al consumo de bebidas espirituosas que se genera debido a la adquisición de tolerancia hacia su consumo. El organismo necesita mayores cantidades de sustancia para notar los mismos efectos, a la vez que su ausencia genera potentes síntomas propias de un síndrome de abstinencia, como ahora disforia, agitación, convulsiones y otros tipos de alteración. Se consume de tal manera que se invierte una gran cantidad de tiempo en conseguir alcohol o se descuidan o deterioran otras actividades o ámbitos vitales relevantes.

Estamos ante una situación en el que el sujeto pierde el control ante el consumo, siendo este mucho mayor de lo que se pretendería y llevándose a cabo a pesar del conocimiento de posibles consecuencias aversivas tanto para él como para su entorno. Sin embargo es frecuente que exista un deseo de cesar el consumo y pueden haberse hecho uno o varios intentos al respecto (infructuosos). A pesar de ello, suelen negar la existencia de una dependencia.

El consumo descontrolado y frecuente de alcohol puede acarrear consecuencias dramáticas, pudiendo generar cirrosis hepática, hígado graso o incluso disfunciones renales. Los daños sobre estos órganos pueden ser irreversibles y llevar a la necesidad de un transplante o incluso a la muerte por la destrucción de dichos tejidos. El alcohólico se intoxica con frecuencia, siendo habitual la presencia de lagunas y pérdidas de consciencia. En algunos casos el sujeto puede llegar al coma etílico o incluso a la muerte por paro cardiorespiratorio.

El comportamiento también se altera, pudiendo ir desde la agresividad hasta la pasividad extrema, y no es poco habitual que se realicen conductas de riesgo en estado de ebriedad. Socialmente pueden sufrir el abandono de su entorno o generar gran sufrimiento a aquellos que les rodean.

Cómo ayudar a un alcohólico que no lo reconoce

Es complicado tratar a un alcohólico que no quiere ayuda, sin embargo, para tratar de comprender el alcoholismo es importante saber que muchas de las personas que lo padecen suelen negarlo o no pueden ver el problema.

En muchas ocasiones, las personas con problemas con el alcohol se escudan bajo la excusa de que solo toman cuando salen, que beben pocas cantidades diarias o que, simplemente, al día siguiente no tienen malestar ni resaca. Todas estas excusas forman parte de un mecanismo de defensa cuyo objetivo es mantener a la persona adicta al alcohol. Para saber cómo ayudar a un amigo alcohólico, el primer paso es lograr que reconozca su problema.

Consecuencias del alcoholismo

Si una vez detectado el problema, nuestro amigo sigue sin querer recibir ayuda, es muy importante que le ofrezcamos toda la información posible acerca de las graves consecuencias que tiene la dependencia al alcohol.

Destacamos las siguientes consecuencias del alcoholismo:

• Daños graves en el hígado que pueden llevar a la cirrosis, fibrosis e incluso hepatitis.
• Aumenta el riesgo de tener cáncer de hígado, pulmones, cólon, mama, esófago…
• Aumenta la presión arterial y el riesgo de sufrir un ataque al corazón
• Puede producir disfunciones sexuales (impotencia, pérdida de deseo sexual)
• Facilita la aparición de enfermedades mentales tales como la depresión y la ansiedad
• Provoca aislamiento social y facilita la conducta problemática

Si después de conocer estos efectos, nuestro amigo sigue sin querer ayuda, es probable que también presente algún tipo de problema psicológico cuyo síntoma sea el alcoholismo – entre otros – en este caso, es importante abordar la enfermedad mental junto con la adicción.

Problemas con el alcohol: soluciones

Una vez detectada la raíz del problema, si queremos servir de apoyo a nuestro amigo, es importante sugerirle algún tipo de tratamiento piscológico. Para ello, contamos con numerosos abordajes terapéuticos que pueden proporcionar una solución eficaz a este problema con el alcohol.

Terapias para alcohólicos

El tratamiento del alcoholismo puede abordarse desde diferentes puntos de vista: médico, social, psicológico…la solución más efectiva será siempre aquella que una todas las esferas vitales de la persona que está sufriendo esta adicción. Si estamos buscando la manera de saber cómo dejar de beber alcohol para siempre, debemos seguir estos consejos:

• Es importante acudir a un médico para que recete a nuestro amigo la medicación adecuada
• Las terapias grupales e individuales pueden ser muy efectivas, estas ofrecen las herramientas necesarias para que la persona con alcoholismo pueda fomentar su autocontrol y evitar recurrir a la bebida siempre que se le presente un problema
• El círculo social y familiar de la persona (incluidos nosotros) debe estar informado en todo momento del proceso que está siguiendo nuestro amigo
• En el caso de presentar un nivel grave de alcoholismo, es recomendable que nuestro amigo acuda a un centro de rehabilitación para que reciba el tratamiento adecuado y evite estar expuesto a estímulos que faciliten una recaída